ARTE DE ORAR (SIGUEME)

Iniciarse y perseverar en la oración es tan difícil como encontrar un tesoro. Para lo primero se requiere la ayuda de un maestro que conozca por propia experiencia los caminos seguros para emprender…
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Contraportada
Iniciarse y perseverar en la oración es tan difícil como encontrar un tesoro. Para lo primero se requiere la ayuda de un maestro que conozca por propia experiencia los caminos seguros para emprender la búsqueda. Para lo segundo son necesarios, además, los consejos probados de los Padres solitarios, que fueron llamados por Dios a este fatigoso trabajo. Sin su ayuda, seguramente el aprendiz se perderá por sendas que sólo conducen a sí mismo y a hinchar la propia vanidad. Un monje ortodoxo del monasterio de Valamo, en la difusa frontera entre Finlandia y Rusia, fue recopilando durante años su peculiar filocalia. Pretendía trazar un mapa seguro que le ayudase a practicar la oración continua y a anticipar algunos de los peligros que acechan a quienes progresan en esta tarea, cuyo fin es la comunión con el Señor, con los hermanos y con uno mismo. Aquella selección de textos que a él le había resultado útil ha orientado después a muchos que se han acercado a sus páginas. No es la filocalia tradicional, sino una filocalia moderna que, sin olvidar a los grandes maestros antiguos, se nutre de genios de la espiritualidad rusa como Teófanes el Recluso e Ignacio Brianchaninov. Jaritón de Valamo (1872-1947) fue monje de la Iglesia ortodoxa rusa e higúmeno de su monasterio entre 1933 y 1947.
Biografía del autor
Jaritón de Valamo nació en el pequeño pueblo de Soligalichsky Uyezd / Rusia, el año 1872. Ingresó en el monasterio de Valamo cuando comenzaba el siglo XX, atraído por la profunda vida de ascesis y de oración. En aquel entonces, la comunidad estaba formada por varios centenares de monjes, que atendían cuatro iglesias y numerosas capillas. La fundación del monasterio, en la Edad Media, se atribuye a los santos Sergio y Herman. Durante siglos permaneció en una de las islas del lago Ladoga. Sin embargo, al comienzo de la Segunda Guerra Mundial, y por la presión de la Rusia soviética, tuvo que trasladarse a tierras de Finlandia, donde se encuentra en la actualidad. Jaritón fue elegido higúmeno el año 1933 y a esta tarea de dirección del monasterio se dedicó hasta su muerte en 1947.