Cuando tanto se manosea y banaliza el tema de la virginidad mariana, ''viene bien el acordarnos -dice santa Teresa de Jesús- cómo reaccionó la Virgen nuestra
Dios es una realidad personal, viva, presente. No es una doctrina, ni un ser distante. Es el que llama a cada uno por su nombre y lo ama como hijo suyo. No es un tratado de sublimidades, sino Aquel que ha descubierto su rostro ante nosotros. Todo es inspiración y gracia, moción del Espíritu que conduce siempre hacia la fuente del bien.