Este libro se propone ayudar a los padres y los educadores a acompañar con amor y firmeza el crecimiento de los pequeños, evitando crear «niños acelerados» o «Peter Pan incurables». La autora tiene el don de saber afrontar, con la sencillez que nace de la sabiduría, incluso los problemas más complejos.
Pocas personas se atreverán hoy a poner en duda que el sacerdocio atraviesa una situación crítica. La naturaleza y las consecuencias de la crisis, sin embargo, son objeto de muchas discusiones y debates.
En este libro, como en muchos cuentos, aparecen tres deseos: El primero es el de entretener al lector. Si un libro no entretiene, el lector tiene el deber de abandonarlo cuanto antes, por aburrido.
Pretendo que este libro sea un humilde servicio a los que sufren. Más que razonamientos sobre el dolor, son como una lluvia de ideas que arrancan de mi experiencia con la gente que sufre.