El arco iris interior nos acompaña en nuestra soledad, que es la de «quien se sabe solo por ser único, no por haber venido a menos», escribe el autor. '
Tras presentar la vida fraterna como un don «de lo alto» que se nos comunica por la vivencia de la fe, la esperanza y la caridad y como una tarea en la que deben ponerse en juego las llamadas «virtudes cardinales»...