La Biblia habla en símbolos y para referirse a Dios acuña algunos que no dejan de sorprendernos. El lector puede aceptar el desconcierto para saltar más allá de lo obvio y sabido con este libro.
No es exagerado afirmar que nos hallamos inmersos en una profunda crisis de humanidad; y con la palabra crisis nos referimos a una encrucijada con sus esperanzas