Creer que para ser feliz hay que sentirse bien siempre y vivir en todos sus aspectos la vida con la que se ha soñado, es una ilusión que impide a muchas personas saborear plenamente los momentos de felicidad que jalonan su vida.
Los cristianos ya no vivimos en una situación de cristiandad en la que los marcos sociales facilitaban una práctica de la religión que no comprometiera demasiado la propia responsabilidad personal,
El autor nos cuenta cómo fue comprendido a lo largo de los siglos, con qué interpretaciones ha llegado hasta nosotros y cómo ha ido modelando nuestra tradición.