La Fe es un regalo inmenso que muchas veces no apreciamos. Basta el testimonio de los que alguna vez no la tuvieron para comprender el alcance de este don que cambia el curso de nuestra existencia. Le da un sentido a la historia que a veces parece un caos de circunstancias.
Iluminándonos como un faro, está el ejemplo de María, mujer de fe. Desde el comienzo, confió su vida en las manos del Señor y así atravesó las situaciones más misteriosas y difíciles. Nunca perdió la paz y siempre actuó con seguridad. Ella nos enseña, en su silencio, de qué modo se vive cuando uno deja que sea Dios quien guíe nuestro camino.
La historia ha presentado a María de múltiples maneras, la madre de Dios, siempre fue protagonista en la Fe de los cristianos y hasta los que no lo fueron. Se la ha asumido como protectora, patrona, intercesora, más aún ella es la Obra maestra de la Fe.
Esta obra nos presenta a María como icono de la Fe, variadas oraciones y un acto de consagración a ella.