Sus visiones de la Pasión de Cristo y sus estigmas la hicieron una mujer extraordinaria y discutida. Pero por encima de todo, Ana Catalina supo santificar su enfermedad y las circunstancias que la acompañaron.
De entre todas las visiones que tuvo Ana Catalina Emmerick, sin duda las más notables son aquellas en las que le fueron revelados los episodios bíblicos tal y como sucedieron.